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Purga

Después de todo lo ocurrido, Hanzel quería respuestas. Para empezar, había enviado otra carta al rey Selanar pidiéndole explicaciones por la actitud de Guzmán, dejando claro que sabia que su Majestad no tenia ninguna relacion con el incidente, pero que dado que los crímenes cometidos por Guzmán y sus hombres habían sido cometidos en territorio de Nimuria y, por tanto, serian castigados de acuerdo a las leyes imperiales. En cuanto a Guzmán y sus cómplices, el castigo había sido tan duro como Hanzel había prometido: Todos fueron castrados y se les arranco la lengua. Después de eso, estuvieron tres días en jaulas de cuervos en los Jardines Imperiales sin mas alimento que pan y agua. Al anochecer del tercer día, fueron ahorcados. Sin molestarse en juzgarlos. De manera discreta, también le había dicho que debía hacer una purga en su corte, ya que tenia motivos para creer que estaba rodeado de traidores. Y hablando de purgas... el también iba a hacer una.

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Era evidente que Guzmán y sus secuaces, cuyas cabezas adornaban ya la Puerta Imperial, habían esperado a que se cumplieran dos condiciones: Que Siraye estuviera en Palacio y que el estuviera bien lejos de la capital. No era descartable que ya hubieran sopesado la posibilidad de intentarlo aprovechando los viajes del Emperador a Albain y Eainiviel, pero no habían tenido mas remedio que suspenderlos cuando vieron que ella también acompañaba al monarca. Creían que la guerra con Embergia lo distraería el tiempo suficiente para poder volver a Asakha con Siraye y Yaritza, pero no contaron con que ZaÄŸanos ordenaría cerrar la ciudad y que la noticia pilaría a Hanzel en Snaveguard, lo que le permitió coger un barco y volver rápidamente a Khalut, dejando la guerra en manos de sus generales. El Palacio Imperial era el lugar mas seguro de la capital, y todo lo ocurrido ahí tenia una explicación: Había sido un caso de incompetencia flagrante, y en consecuencia, siguiendo ordenes del Emperador, ZaÄŸanos se puso a investigar.

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Rinako, la capitana de la guardia del Palacio, estaba descartada como implicada. El medico se lo había confirmado, había tenido que guardar cama por enfermedad. Y ZaÄŸanos se lo había dicho: Nadie estaba de guardia esa noche, y eso era una infracción flagrante de los procedimientos de la Guardia establecidos hacia ya años. Siempre que el Consejo estuviera reunido, independientemente de que el Emperador estuviera o no presente, debía haber una Espada Roja de guardia fuera de la Sala del Consejo. Y en el tema de proteger a la Familia Imperial, también: En todo momento, una Espada Roja debía estar a pocos metros del Emperador, otro tanto se aplicaba a la Emperatriz, al heredero y a su prometida. Esa noche, alguien debía estar cerca de Siraye, y no lo estuvo, dejando a Guzmán y los suyos vía libre para llegar a su habitación y secuestrarlas a ambas.

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Lo que si tenia claro era quienes no habían sido: Shenarah Zenna, Lyrei Daelamin y Fauriel Miawenys se habían embarcado en el Cybele con el, Elidyr Bisatra estaba fuera de Khalut, acompañando a su madre en su visita a Shinaireb, y en cuanto a Halia Yukina, ni siquiera estaba en territorio imperial cuando ocurrió. Eso reducía la lista a cuatro: Yashima Seiho, Rowan Balfiel, Oddvar Gandrud y Allyna Ventoris. Shenarah había registrado sus habitaciones sin sacar nada concluyente.

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- Me parece normal que no hayan dejado nada - le dijo Hanzel - Una prueba tangible seria suficiente para mandarlos al verdugo. Lo tendrán en su cabeza, y la tortura, desde luego, queda descartada. No me arriesgare, los echare a los cuatro. Prefiero pedir perdón a pedir permiso.

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Como era costumbre, se reunieron en el primer piso, donde se solían reunir cada semana. Pero si se sentían tranquilos, eso debió acabar cuando Fauriel llego y supieron que el Emperador se había levantado con ganas de marcha. En una sola mañana, el lugarteniente de la Guardia de Palacio, los dos capitanes de los puertos civiles, el Comandante de la Guardia de la Ciudad y los capitanes de las puertas habían sido destituidos por incompetencia en todo lo referente al altercado en Palacio. Las Espadas Rojas no necesitaron echarle mucha imaginación para saber que estaba ocurriendo si nueve cargos habian sido destituidos en cuestion de horas.

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- El lugarteniente de Rinako, los capitanes de los puertos civiles, el comandante de la Guardia de la Ciudad y los capitanes de las puertas, no puede estar mas claro - dijo Allyna - El Emperador esta haciendo una purga y nosotros somos los siguientes.

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- Y tanto que somos los siguientes, Ally - contesto Seiho - La hemos cagado, y el Emperador no lo va a olvidar. ¿O es que te has olvidado de la mirada que nos dedico al desembarcar? Cuando vi su mirada, supe que estábamos jodidos.

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- No esta nada contento, Seiho - dijo Fauriel tomando asiento - Secuestran a Siraye y Yaritza en vuestras mismísimas narices. Por si lo habéis olvidado, hablamos de la maga de la corte y especialmente de la futura Emperatriz... Decir que esta enfadado es ser bastante generosa. Tenéis suerte de que la cosa acabo bien.

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- Llegan a salir de la ciudad... - dijo Oddvar

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- Pasa eso y las cabezas que adornarían la Puerta Imperial ahora mismo serian las vuestras - contesto la Zerian

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- Daré gracias si salgo de aquí con la capa roja puesta - dijo Elidyr en tono pesimista - Me veo volviendo a Shylan Serin

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- Tu te vas a librar, Elidyr. Estabas con su madre cuando todo esto ocurrió - apunto Seiho

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- Si vas a rezar por alguien, hazlo por mi, Elidyr - contesto Allyna - Me llego una carta de mi hermana Syndra. No esta contenta conmigo, así que cuando vaya de permiso a Eastiremon me va a leer la cartilla.

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- Preocúpate mas por el que te la va a leer ahora - dijo Fauriel meneando las orejas - El Emperador ya esta subiendo

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En ese momento, se hizo el silencio. Reconocían el sonido de las botas de Shenarah, y si estaba subiendo, el Emperador iría con ella. Pocos segundos después, entraron los dos en la sala y tomaron asiento en la cabecera de la mesa, pero no tranquilizo nada la mirada gélida que les dedico Hanzel justo antes de hacerlo, exactamente la misma que tenia cuando desembarco del Amity casi una semana antes.

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- Fauriel y Elidyr, vosotros os podéis ir - dijo Hanzel haciendo un gesto con la mano

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Tras levantarse y hacer la pertinente inclinacion de cabeza, los dos nombrados abandonaron la sala, dejando a solas a Hanzel con los restantes.

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- ¿Se puede saber que narices estabais haciendo esa noche? - les pregunto el monarca en tono airado - Se supone que vuestro cometido es proteger al Emperador y sus familiares, no que los secuestren en vuestras narices. No es tan difícil, que uno de vosotros estuviera en la puerta de la habitación.

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- Majestad... - comenzó Seiho

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- A ver, Seiho, no es tan difícil. Uno de vosotros apostado en la puerta - contesto Hanzel - El Palacio Imperial es el lugar mas seguro de la capital... ¡Y los seis que secuestraron a Siraye y Yaritza llegaron hasta su habitación sin que nadie se interpusiera en su camino! ¡Ninguno estaba de guardia! Y sabiendo eso...

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- Majestad, ¿no estará insinuando que les dejamos el camino libre? - pregunto Oddvar

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- A ver, me habéis puesto muy difícil que no lo piense, dada la facilidad con la que llegaron hasta ellas - apunto Hanzel - Podría acusaros de traición, ¿sabéis?

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El Emperador dejo pasar unos instantes para que lo digirieran. Una acusación de traición por parte del Emperador era prácticamente asegurarse una cita con el verdugo.

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- No tengo pruebas de que alguno de vosotros haya cometido traición, pero si las tengo de que habéis cometido una flagrante incompetencia. Y no quiero incompetentes en la Guardia Fénix - continuo el monarca - Por eso, desde este momento, los cuatro quedáis relevados de vuestros deberes como Espadas Rojas. Quitaos las capas.

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Hanzel sabia que sus nombres iban a quedar asociados a la ignominia, ya que era la primera vez en casi 80 años que una Espada Roja era relevada, la ultima vez que ocurrió, Nimuria aun era un reino desértico. Con la vergüenza reflejada en sus rostros, los cuatro fueron quitándose las capas rojas y dejándolas en las mesas antes de abandonar la sala. Un minuto después, Shenarah hizo su entrada.

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- Parece que ahora somos cinco - dijo la albina - Habrá que cubrir las vacantes rápido.

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- Un puesto será para Dhananjay. Ha demostrado ser inmensamente mas competente que ellos - respondio Hanzel

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- La verdad es que si, Majestad - reconocio Shenarah - ZaÄŸanos me conto lo que hizo ahi abajo. Para haber sido una esclava, lo hizo bastante bien con ese tal Guzman.

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- Es curioso lo que puede salir de un mercado de esclavos - reflexiono Hanzel - Una Espada Roja, la futura Emperatriz...

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Y tenian razon. Personas como Siraye o Dhanan habian llegado a Nimuria siendo menos que nada y habian ascendido. Siraye estaba a pocas semanas de convertirse en Emperatriz del reino mas poderoso del este y Dhananjay iba a convertirse en una de las nueve personas que protegian al Emperador.

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